martes, 19 de junio de 2012

Internet no convence a Vargas Llosa


 El Nobel no encuentra ventajas en las nuevas tecnologías.

Internet no termina de convencer a Mario Vargas Llosa. Lo ha manifestado en un artículo de opinión publicado en El País, titulado Más información, menos conocimiento, y cuya polémica se mantiene viva semanas después, gracias —paradójicamente— a su repercusión en la red. Más de 1.500 retuits, 6.000 recomendaciones en Facebook, cartas al director y comentarios —con sus correspondientes debates— en blogs y redes sociales, todo a propósito del enfado del Premio Nobel.

Mario Vargas Llosa ha leído Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, de Nicholas Carr —Taurus lo ha publicado en España este mismo año; en Estandarte ya te hablamos sobre él—, cuyo testimonio ha sembrado en él un buen puñado de miedos tecnológicos. Y en su artículo recoge cómo Carr, que fue en su juventud un voraz lector de buenos libros, se dejó seducir por la informática y un buen día descubrió que había dejado de ser un "buen" lector.

El autor de La casa verde teme que sustituyamos nuestra propia memoria por la memoria de los ordenadores. Hay pruebas concluyentes, asegura Vargas Llosa, de que, cuando la memoria de una persona deja de ejercitarse porque para ello cuenta con el archivo infinito que pone a su alcance un ordenador, se entumece y debilita como los músculos que dejan de usarse.

¿Para qué mantener fresca y activa la memoria, se pregunta —y lamenta— más adelante, si toda ella está almacenada en algo que un programador de sistemas ha llamado "la mejor y más grande biblioteca del mundo"? ¿Y para qué aguzar la atención si pulsando las teclas adecuadas los recuerdos que necesito vienen a mí, resucitados por esas diligentes máquinas? Y enlaza con declaraciones fuera de tono, a favor o en contra, reconociendo con tristeza que muchos universitarios prefieren buscar resúmenes a leer a los clásicos.

No se trata de la primera muestra de desconfianza de Mario Vargas Llosa hacia Internet y las nuevas tecnologías. Este mes de abril, en una entrevista publicada en el semanario uruguayo Búsqueda, el Nobel afirmó que internet ha acabado con la gramática, añadiendo que quienes chatean o se comunican por Twitter y Facebook utilizan —al acortar palabras y vulnerar ciertas reglas gramaticales— un lenguaje aterrador. Si escribes así, continuó, es que hablas así; si hablas así, es que piensas como un mono. Y eso me parece preocupante.


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